viernes, 31 de diciembre de 2010

El fraude del reciclaje del vidrio.

Hace unos días, mi familia, como millones de familias de mi país, estuvimos de compra en un supermercado. Entre otros productos compramos refrescos y conservas en envases de vidrio. Cada uno de esos productos fue pagado por precio, en parte contenido, en parte envase.

Llego a casa, enciendo el televisor y me encuentro un spot publicitario que dice: "El vidrio puede tener muchas vidas: recíclalo". El cual es el lema de una campaña (cuyos fines se detallan en este enlace), ideada y financiada por Ecovidrio,  la cual, según afirma en su web es una organización si ánimo de lucro que pretende gestionar los envases y la recuperación del vídrio.

A ver si lo entiendo bien... Ecovidrio es un montaje de embasadores, embotelladores y fabricantes de botellas que la financian. Ecovidrio recoge el vidrio que yo, uno entre los millones de padres de familia de este país, deposito en los contenedores que ellos tienen en mi barrio para que ellos selectivamente, lo fundan para producir más botellas, logrando un beneficio al medio ambiente, y al mismo tiempo (y quizás lo más importante), ahorrarse un dinero en materia prima (barata), selección de ella, transporte (no tan baratos), ) fundición (caro, por los costos de la energía), porque recordemos  que el vidiro funde a menor temperatura que la arena, incluso la mezcla de vidrio y arena, funde a menor temperatura que la arena. Además, el vidrio puede reutilizarse indefinidamente.

Pero volvamos a mi historia, que es la historia de millones de familias de este país. Nosotros compramos productos envasados en vidrio. Después de consumirlos hacemos el esfuerzo de separarlo del resto de los residuos, almacenarlo en casa durante días o semanas hasta que lo llevamos al contenedor especial, soportando olores (sobre todo si la botella es alcohólica), a cambio de lo cual obtengo (obtiene cada persona que lo hace) la satisfacción de haber contribuido a evitar que su botella usada termine en un vertedero o por ahí tirada, perjudicando al medio ambiente.


Lo que me irrita es que para el otro lado de esta historia: fabricantes de botellas, embasadores, recupueradores, ocultos tras la firma "Ecovidrio" supuestamente sin ánimo de lucro, es un negocio del que obtengan ahorro económico (porque el envase de vidrio tiene todavía un valor comercial), y porque con él obtienen nuevas botellas (mencioné antes que el vidrio funde a menor temperatura que la arena, lo cual supone un ahorro energético y económico al final, además de que puede repetirse indefinidas veces), botellas que rellenan de producto que, cuando yo vuelva a comprar en el supermercado volveré a pagar, otra vez, producto y envase.

Resumiendo. Cada vez que los millones de familias de este país compramos productos envasados en vidrio pagamos producto y envase. Luego devolvemos el envase, desinteresadamente, a una organización, la cual genera un beneficio de eĺ y me lo vuelve a vender relleno cuando compre producto en el supermercado. Naturalmente, yo que amo mi planeta, voy a mantener esto indefinidamente porque es un bien para el medio ambiente, y voy a seguir entregándole mis envases para que los vuelvan a fundir y me los vuelvan a vender rellenos.

¡Desde luego que es un bien para el medio ambiente!. No voy a cuestionar si debemos o no reciclar. Pero ¿es mucho pedir que aquellos que son los protagonistas del reciclaje, los que hacen es esfuerzo de reciclado, verdaderos artífices del proceso, reciban algo más que la satisfacción moral de perjudicar menos al medio ambiente a causa de ese esfuerzo?

En este país (España), hace 30 años, en este aspecto se hablaba menos de ecologismo pero se era más ecologista. Recuerdo que entonces cuando yo iba a comprar un refresco a una tienda, el precio de él dependía de si yo llevaba o no el envase. Si llevaba embase (o sea, la botella vacía), se la quedaban, pagaba el refresco y me entregaban refresco más botella. Si no llevaba botella vacía, tenía que pagarla a parte, lo cual encarecía el producto. Incluso recuerdo que algunos supermercados compraban las botellas de vidrio vacías.
Este modelo fomentaba el ecologismo más que el actual, porque el usuario, que es quien realmente mueve la maquinaria recicladora, era beneficiario "moral" directo de su esfuerzo, (como ahora) y se veía además, incentivado económicamente (a diferencia de ahora). Digamos que no se tenía tanto la sensación de que se nos está tomando el pelo, hablándonos de ecologismo y de esfuerzos ecologistas, cuando sabemos que están pensando en dinero.


En algunos países de Europa, este modelo que España abandonó hace 30 años todavía funciona (aunque en muy pocos se compra vidrio a particulares), funciona con mejores resultados que en el nuestro, es decir en esos países, el cociente (vidrio reciclado)/(vidrio producido) es más alto que en el nuestro, que al final es de lo que se trata. ¡Por algo será!.